¿Se enciende una luz de alarma en las obras sociales?
Que la economía ha dejado de
crecer, no es novedad. Tampoco lo es la cantidad de distorsiones y problemas
que está acumulando. A la caída de reservas (menores a U$S 30.000 millones), al
aumento del dólar blue (más de $11) y a una inflación que en el mejor de los
casos es apenas inferior al 30%, los aportantes a las obras sociales también
han dejado de crecer.
El empleo está en niveles de mediados de 2011. Desde de mayo de ese año se
pueden advertir pequeñas alzas y bajas en torno a los 6,5 millones de
trabajadores. Según la AFIP[1], en
junio de 2013 (último dato disponible), la cantidad de cotizantes a las obras
sociales alcanzó los 6,7 millones de trabajadores. Esto representa un 7% menos
que el registrado en junio del año 2012.
En el gráfico que se
acompaña se observa la evolución de la cantidad de cotizantes desde enero 2006
(mes en que head consulting releva esta información). En él se destacan cuatro
grandes ciclos. En un primer momento se verifica un robusto crecimiento en la
cantidad de trabajadores registrados (Enero 2006 / Septiembre 2008), seguido un
período de estancamiento (Octubre 2008 / Septiembre 2010), un nuevo crecimiento
ya menos robusto (Octubre 2010 / Noviembre 2011) y nuevamente el amesetamiento
(desde Noviembre 2011).
Ambos períodos de
estancamiento estarían abarcando aproximadamente la misma cantidad de meses; sin
embargo, la tasa de variación promedio en la cantidad de cotizantes durante el
segundo ciclo de amesetamiento ha sido levemente negativa (-0,7%), mientras que
el primero había mostrado un pequeño crecimiento (0,15%). Por otro lado, durante
el primer ciclo ascendente (los primeros meses relevados) la performance ha
sido más robusta que la observada durante el segundo ciclo de crecimiento (0,8%
vs 0,53%). La tendencia es clara y para nada optimista.
De acuerdo a estimaciones
realizadas por head consulting, si bien el sistema de obras sociales
continuaría aumentando la masa de recursos disponibles para brindar servicios
de salud, claramente este crecimiento sería más lánguido. El crecimiento de los
recursos dependerá pura y exclusivamente de los aumentos salariales (el salario
promedio registrado en AFIP en Junio ascendía a $ 6.785), los que se proyectan
levemente por debajo de la inflación general y por lo tanto de los aumentos de
costos en salud (superiores al índice general de precios). Estos datos estarían
enciendo una luz de alarma en el sistema de obras sociales y por lo tanto al
financiamiento de la salud.
Anexo:
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